Tengo el corazón encogido, con ese pesar y particular dolor de cuando te echo de menos.
Te echo de menos, de los pies a la cabeza.
Añoro la humedad del ambiente, el olor a llovizna a punto de caer o recién caída.
También el rayo de sol después de esa llovizna que hace que todo lo verde que tienes brille.
Añoro tu luz, llena de vida por el día, mágica por la noche, mágica sin más, que hace que cualquier sitio por trivial que sea parezca magnifico y que es hermosa hasta cuando el aire helado tras la nevada hace que apenas pueda tener los ojos abiertos.
Extraño tu olor, a madera , a moqueta , a té... ¡ a que se yo! a eso tienes...
Tus miles de posibilidades también las echo en falta, y tus historias.... ¡ y cuantas historias!
Todo de ti me gusta y todo me envuelve en la añoranza, en los recuerdos, en enfado y en alegría al mismo tiempo, haciéndome sentir que te pertenezco tanto... aunque incluso yo pensara que no eras para mi.
¿Es la distancia lo que te hace aún mas hermoso? ¿ Mas especial? No lo creo , siempre te quise aunque me helaras el alma.
Y no te supero bendito lugar.